“Felicidad Tóxica”: la culpabilidad por no ser feliz

Compartir Facebook Twitter Whatsapp

Seguramente navegando por internet te has encontrado con anuncios que ofrecen “La felicidad en 5 pasos”, “La felicidad está en ti”, u otras “fórmulas mágicas” que nos prometen un mundo interno ideal pese a que nuestro entorno se esté cayendo a pedazos.

Este bombardeo de psicología positiva es lo que recoge en su libro el psicólogo Rafael Pardo, quien reúne una serie de opiniones de médicos, académicos y otros psicólogos.

En su obra, el profesional asegura que esta moda ha traído con ella la ilusión de que debemos estar siempre felices, lo que lleva a una culpabilidad si no nos sentimos así, tratando de anular emociones naturales como la rabia o la tristeza. 

Emociones
Emociones

Pardo explica que el tema no es en contra de la felicidad, sino a su imposición como si fuera una obligación y a la omisión de los problemas.

Al final terminaremos convirtiéndonos en hipocondríacos emocionales, chequeando continuamente nuestras emociones, hasta llegar a un punto que pensamos que sufrimos alguna patología si sentimos tristeza o rabia, cuando en realidad todas las emociones son naturales", explica al sitio 20 Minutos.

Omisión de la genética

El autor afirma que este pensamiento tiene un mensaje implícito de que la felicidad sólo es consecuencia de tus actos, obviando temas como la genética o factores sociales.

Explica que la genética es determinante en la felicidad. "De hecho, un psicólogo o psiquiatra titulado, cuando te visita lo primero que te pregunta es por tus antecedentes”, asegura.

El psicólogo hace también énfasis en la importancia de las condiciones socioeconómicas y laborales de cada persona.

Te dan ese mensaje perverso de que las condiciones socioeconómicas no son importantes, cuando sí lo son. No es lo mismo estar en un país con democracia que sin ella; tampoco es lo mismo ser mujer en Zambia o en los Estados Unidos", asegura.

“Los niños van a vivir en una frustración permanente”

Niños Felicidad
Niños Felicidad

Según Pardo, son las futuras generaciones quienes se verán afectadas con esta moda, ya que los niños se están criando “para un mundo feliz que no existe”.

Van a vivir en una frustración permanente, porque no se les ha educado para encajar que en la vida también ocurren cosas malas”, afirma.