Por qué perder a un perro podría ser tan difícil como perder a un familiar

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Perder a un ser querido nunca es fácil ni menos se da en todas las personas de la misma manera. Todos tenemos procesos diferentes (aunque con similitudes) para asimilarlo, pero usualmente es algo desgarrador.

La muerte de una mascota no es la excepción. Perder de la noche a la mañana a ese amigo en la que basaste toda tu rutina diaria, con cuyo cariño sabías que podías contar incondicionalmente, es un sentimiento generalmente muy subestimado.

Según Shared, investigaciones respaldan que el dueño de una mascota vive un proceso de duelo. El humano libera las mismas hormonas con sus mascotas al sentirse amados y conectados que con las otras personas. Por lo tanto la pérdida de tu perro te hará sentir también esa falta.

Para algunos es más difícil que perder a un ser querido humano

Pero incluso en algunas personas este dolor es más difícil de sobrellevar que la de un familiar o amigo humano. 

Por su puesto, no para todos es igual, y hay personas en que el fallecimiento de un familiar es mucho más dolorosa que la muerte de su mascota, pero no hay que negar que los casos contrarios también existen.

Humano y perro
Humano y perro

La razón sería que ante la pérdida de alguien humano, en especial un familiar, la comprensión del entorno social ante tu dolor es instantánea, lo que te hará recibir mucho más apoyo de todo tipo que el que recibirías si se te muriera tu perro o tu gato. 

De hecho, en el último caso es común que cierta gente te trate de “exagerado” o te diga cosas como “es solo un perro” o “cómprate otro”, lo que te hará sentir peor y tiendas a reprimir el dolor y por ende a jamás resolverlo. 

Es decir, tendrás muchos más recursos para sobrellevar la muerte de un familiar que la de tu perro.  

Además, para algunos dueños es sumamente difícil adaptar su nueva vida sin su compañero, ya que realizaron toda su rutina diaria en base a los momentos que pasaba con él.

Para la psicóloga Julie Axelrod, el dolor se debe también a que se pierde una fuente incondicional de amor y consuelo, algo muy distinto a la relación entre humanos.